¡Jesús “Chapo” Sánchez es un ejemplo de superación personal!

El canterano del Guadalajara llegó a la organización rojiblanca proveniente del norte del país, se ganó la oportunidad de aparecer en el equipo más popular de México, pero su consolidación tardó más de lo normal.
El de San Luis Río Colorado comenzó a perder el nivel que lo llevó a Primera División, después perdió el puesto y por último, la confianza de la afición. Su nivel dentro del campo no daba para estar a la altura del cuadro tapatío y la afición comenzó a meterse con él, para dar paso a los insultos al futbolista.


Con la llegada de Matías Almeyda, las cosas cambiaron radicalmente. Hoy se ha convertido en una figura (la afición dejó los insultos) y ahora lo llaman “Chapodios” (en las redes sociales) y el técnico argentino le brindó la oportunidad de ser el Capitán del equipo.

“He sido una persona ecuánime. No soy ni el más bueno arriba ni el más malo cuando estuve abajo. Traté de trabajar, perseverar.

Obviamente es una afición que exige, que le gusta que siempre su equipo esté arriba. Lo que no comparto son las ofensas, trataba de tomar las críticas constructivas y sé que así es el futbol. Trato de mantenerme tranquilo y seguir trabajando, disfrutar de esto que me apasiona”, expuso el sonorense.

Sánchez confesó que vivió momentos complejos, pero trabajó para cambiar insultos por aplausos.

“Mucho trabajo. Sé que pasé momentos difíciles la verdad, seguí trabajando y es lo único que podía hacer, no tenía otra cosa más que insistir, mejorar los aspectos que me faltaban y nada, tratar de salir adelante con el apoyo de mi familia, del club”, sostuvo.


-¿Cómo te hicieron sentir los insultos?

“A nadie le gusta que lo insulten, trataba de leer lo menos posible, enfocarme en lo que hacía, en lo que me correspondía y tratar de salir de la situación en que me encontré”, consideró el Chapo.





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