El rostro de Fernando Gago se destaca por tener ceño fruncido y una mirada penetrante durante cada partido. Cruza los brazos, hace aspavientos y señala con el dedo mientras grita y gesticula hasta ser escuchado. Y rara vez sonríe.

El director técnico argentino de las Chivas refleja una rectitud solemne en el área técnica. Sus gestos lo hacen parecer enojado, o al menos, muy lejos de estar feliz mientras dirige a su equipo. Parecería que esa actitud la adquirió en sus años como jugador, cuando fue dirigido en el Real Madrid por José Mourinho.

Gago vivió múltiples experiencias con Mourinho durante una temporada en la Casa Blanca, convirtiéndose en un ejemplo para él. Aunque terminara no contando con él, Gago no le guardó rencor y, por el contrario, se le parece cada vez más no solo en el carácter que refleja en el banquillo, sino también en su estilo de juego.

Según los medios españoles, Mourinho había señalado a Fernando Gago como el informante de los secretos del vestuario merengue al grupo Prisa y sus medios. Pero Gago aseguró no haber tenido ningún problema con Mou.

Después de sufrir una lesión importante, perdió protagonismo con el entrenador lusitano y terminó cedido en La Loba, donde coincidió con Luis Enrique. Cada vez más parecido a Mourinho, Gago es más similar que nunca al entrenador que más fuerte lo marcó.