Sus tres puntos en cuatro juegos reflejan lo hecho en los últimos nueve duelos de torneo regular, pues en ese lapso no ostenta ni una sola victoria.

Sin tomar en cuenta la última Liguilla, el Rebaño no suma un triunfo desde el 8 de abril, cuando venció en la Jornada 13 por 3-2 al Puebla, su rival el próximo fin de semana. Tras aquella victoria los rojiblancos suman seis empates y tres derrotas, con una pobre efectividad del 30%.

Pero no solo tiene sequía de triunfos, también una baja producción goleadora, ya que en esos últimos nueve cotejos de torneo regular han hecho apenas seis tantos, tan solo 0.6 por encuentro y recibido 13 goles.

De ahí que la Liguilla del torneo anterior luce como un oasis del que salió perfectamente librado, con el trofeo al final, si bien ninguna de las instancias definitivas del Clausura 2017 la solventó con claridad.

De hecho, solo ganó dos de los seis partidos en esa etapa. En cuartos de final inició perdiendo con Atlas pero venció en la vuelta, con lo que se benefició de la mejor posición en la tabla porque el global fue un empate de 1-1.

En semifinal repitió dosis. Los dos partidos contra Toluca los empató 1-1, mientras que la ida de la final también fue un empate 2-2, para que el 2-1 de la vuelta llegara como triunfo escaso pero oportuno y definitivo.

Esa recta final de la campaña pasada fue donde más sufrió Chivas por las lesiones, una justificación del bajón, mismo que aplica para este inicio de campaña en que padecen la ausencia clave de Alan Pulido, así como la de Carlos Cisneros.

Esta vez el declive puede explicarse además en la ausencia de refuerzos y la falta de pretemporada con plantel completo, ya que fue el equipo que más jugadores envió a la Copa Oro, con Jair Pereira, Hedgardo Marín, Rodolfo Pizarro, Orbelín Pineda y Alan Pulido, si bien este no llegó a tal competencia porque se fracturó el brazo en uno de los amistosos previos.





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