La imagen de Carlos Salcido con el trofeo del Clausura 2017 en todo lo alto quedó atrás, pocas sonrisas quedan de esa noche en La Fortaleza. El Rebaño tocó fondo esta semana tras caer frente al Puebla. La Franja le dio el empujón al equipo rojiblanco para que cayeran al sótano de la tabla general.

¿Qué le pasó al chiverío?, ¿Campeonitis?, o es una enfermedad más grave. La realidad es que varios factores han influido en el pésimo arranque del cuadro tapatío. El camino es muy largo, Chivas saldrá adelante, pero por ahora son el centro de las burlas de otros equipos y el sufrimiento de su propia gente.

Diagnosticar el enfermo no es fácil, sin embargo hay varios síntomas para entender lo que pasa.

NO HUBO REFUERZOS
Tras lograr el título, el “Pelado” Almeyda le solicitó a su directiva la llegada de al menos un refuerzo al cuartel rojiblanco, sin embargo su sueño fue irreal. Matías quería al “Chucky” Lozano, José Luis Higuera preguntó por él, pero Pachuca no les hizo caso. El destino de Hirving ya estaba en Europa.

Otro elemento que era objeto de deseo de la directiva rojiblanca era Javier Aquino, sin embargo Tigres no quiso negociar.

Si Chivas no iba a comprar a nadie, la otra petición del “Pelado” era mantener a todo el plantel. Esa parte sí se logró.

El Rebaño no encontró refuerzos en el Draft, se pensaba que la base le resistiría un torneo más, pero no es así. El cuadro rojiblanco no tiene equipo suficiente para igualarse con otros planteles. El Rebaño echa mano de su cantera, pero es muy joven aún.





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