En las últimas semanas, el futuro de Chiquete Orozco ha estado en el aire. Todo parecía indicar que su destino sería Cruz Azul, pues la máquina estaba interesada en pagar su cláusula de rescisión de 11 millones de dólares. Sin embargo, las negociaciones se han estancado por completo.



El principal problema radicó en que Cruz Azul intentó negociar el pago de la cláusula en mensualidades, algo a lo que Chivas se negó rotundamente, exigiendo el pago completo y en una sola exhibición. Mientras tanto, Chiquete Orozco, confiado en que el traspaso se cerraría, decidió no presentarse a entrenar con el rebaño, lo que generó un profundo malestar en la directiva rojiblanca.

Ante este escenario, y sin ningún acuerdo en puerta, Chiquete Orozco ya no entra en planes ni de Cruz Azul ni de Chivas. El Guadalajara, molesto con la actitud del jugador, tomará medidas:

Multa económica: Será sancionado por no asistir a los entrenamientos ni cumplir con la pretemporada.

Exclusión del primer equipo: Se analiza enviarlo al Tapatío, lo que sería un golpe significativo para su carrera profesional.

Uso como moneda de cambio: La directiva también contempla aprovechar su valor en el mercado para utilizarlo en un intercambio con otro equipo, ya sea dentro de la Liga MX o incluso en el extranjero, para obtener un refuerzo importante.



Esta situación deja claro que Chivas no permitirá que Cruz Azul o el jugador manipulen las condiciones para favorecer una salida gratuita. El futuro de Chiquete Orozco ahora depende de la mejor oferta que pueda gestionar el rebaño, ya sea dentro del fútbol mexicano o fuera de él.





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