Para jugar en las Chivas de Guadalajara no solo se necesita un gran talento futbolístico, también se requiere de una enorme capacidad para ganarse el cariño y respeto de los aficionados, porque en muchas ocasiones lo que se ve en el terreno de juego se queda muy lejos de complacer a quienes pagan por un boleto, sobretodo si algún futbolista tiene un pasado americanista.



El caso más recordado y uno de los más decepcionante en la historia del Rebaño Sagrado fue el de Oribe Peralta, quien a pesar de sus logros como futbolista, incluso en la Selección Mexicana, le sirvieron de muy poco para entrar en el gusto del público, aunado a que en dos años y medio anotó dos goles oficiales y la mayor parte del tiempo estuvo en la banca, por tal motivo la dirigencia difícilmente recurrirá a otro jugador del acérrimo rival para reforzarse.



El cariño que los seguidores le profesan a los elementos de Chivas no viene nada más de lo que hacen en el césped, también por la cordialidad y empatía que muestran en las buenas, pero sobretodo en las malas, ya que han tenido que vivir momentos complicados en los últimos años, donde apenas han llegado a una Semifinal y a unos Cuartos de Final, razón por la que no todos tienen el carácter para hacerle frente a la adversidad.

En una dinámica que publicó el diario Récord, le hicieron unas preguntas al futbolista del América, Miguel Layún sobre sus opciones de verse en el futuro con Guadalajara, pero su respuesta fue que prefería retirase antes que enrolarse con la escuadra tapatía, dejando claro que al menos en el papel, es congruente con su pasado y presente azulcrema.

De cualquier manera Layún es uno de los jugadores que jamás encajaría en el Rebaño, no solo porque está bien cubierta la lateral derecha y la zona del mediocampo, sino porque su identificación con las Águilas difícilmente le abriría las puertas del equipo más importante del futbol mexicano , como dice el dicho: “Si se puede, pero no debe”.





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